Ballet de Santiago celebra aniversario y Mes de la Danza con estreno de “Zorba, el griego”
El Teatro Municipal de Santiago presentará “Zorba, el griego”, exitosa obra contemporánea creada por Lorca Massine -entre el 11 y el 20 de abril- marcando la primera producción de la compañía bajo la dirección artística de César Morales, además de la despedida de los escenarios del Primer Bailarín Estrella, Rodrigo Guzmán, en uno de los roles más emblemáticos de su carrera.
Esta producción cuenta con escenografía y vestuario de Jorge Gallardo, iluminación de Ricardo Castro y reposición de Cyril de Marval. Asimismo, la música de Mikis Theodorakis estará a cargo de la Orquesta Filarmónica de Santiago, bajo la batuta de su director residente, Pedro-Pablo Prudencio, junto a la mezzosoprano nacional Evelyn Ramírez como solista.
Las entradas, que van desde los $4.500, se pueden adquirir en las boleterías del Teatro Municipal de Santiago (Agustinas y Parque Arauco).
Además, muchos hitos marcará el Ballet de Santiago en este mes de abril. La compañía de danza del Teatro Municipal de Santiago no solo comienza su temporada, sino que además lo hace en el marco de su 65º aniversario y festejando el Mes de la Danza.
“Es el cierre de mi ciclo como bailarín del Ballet de Santiago, un momento que no quería que llegara. Pero siento que ya es momento de partir a nuevas aventuras, ojalá tan maravillosas como las que viví en esta hermosa compañía, que ha sido como un segundo hogar para mí. En lo próximo, espero poder entregar toda mi experiencia a las nuevas generaciones”, sostuvo Rodrigo Guzmán, quien personifica a “Zorba, el griego”.
Historia de amor y un poema griego
El ballet está basado en la oscarizada película homónima que Mikhalis Kakogiannis estrenó en 1964, la cual se inspiró a su vez en la novela Vida y aventuras de Alexis Zorbas, publicada por Nikos Kazantzakis en 1946. Se compone de dos actos y veinte escenas en diversos estilos -clásico, neoclásico y folclórico-, en las que se describe la historia de un amor cruzado por la muerte, así como también la reivindicación de la esperanza a través del baile, en particular del popular sirtaki.
Lorca Massine, su creador, provenía de una familia de artistas. Su padre fue coreógrafo de Los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev; su abuela, soprano del coro del Teatro Bolshoi; y su abuelo, cornista de la orquesta del mismo escenario. De formación mayoritariamente rusa, imprimió a su cuerpo de trabajo un dinamismo cercano a la danza-teatro y fue colaborador de grandes creadores del siglo XX, entre ellos George Balanchine, Maurice Béjart y su padre, Leonide Massine.
El coreógrafo propuso a Mikis Theodorakis recuperar el universo sonoro que había compuesto para la película y crear una pieza que pusiera de relieve la catarsis colectiva como forma de superar el dolor. Una misión que dio origen a una partitura innovadora por su inclusión de voces, tanto en forma de canto coral como de un solo contralto, para las que utilizó un poema griego.
“Más que un ballet a secas, Zorba es una realización filosófica, un trabajo profundo sobre la vida y el valor moral de esta”, puntualiza Massine sobre este ballet, que desde su estreno ha tenido una gran acogida del público.
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