Laura Hernández, estudiante de doctorado en Biología Celular y Biomedicina de la USS explica su tesis sobre la proliferación de proteínas en células cancerígenas

En un nuevo episodio de Rockstars, Gabriel León conversó con Laura Hernández, estudiante de doctorado en Biología Celular y Biomedicina de la Universidad San Sebastián, quien entregó detalles acerca de su tesis doctoral en la presencia de proteínas en las células cancerígenas, y cómo entender que este proceso podría ayudar a combatir el cáncer.

Para la realización de esta tesis, es que Laura Hernández decidió enfocarse principalmente en el cáncer de mama, específicamente en el subtipo Triple Negativo, esto debido al aumento de casos de la enfermedad en nuestro país. “Acá en Chile en los últimos años las cifras han ido creciendo, y el Triple Negativo es el subtipo de cáncer de mama más agresivo y que tiene pocas formas de tratarse, siendo la quimioterapia lo que principalmente se usa para tratar a los pacientes”.

De acuerdo a lo que explica Laura Hernández, la base de esta tesis y cuya investigación tiene como fin último poder mejorar la respuesta a los tratamientos para combatir el cáncer, está en la proliferación de proteínas en la célula tumoral y cuál es el proceso que existe para evitar que esta muera, a diferencia de las células sanas. “La célula tumoral está constantemente secretando proteínas para poder crecer, desarrollarse y proliferar, queremos saber cómo lo hace para que este proceso de desregularización no conduzca a que ella muera. En una célula sana, normalmente cuando un proceso se desregula, sobre todo en este tema de la creación exacerbada de proteínas, muere”.

En específico, las células sanas no pueden sobrevivir cuando este exceso de proteínas no son degradadas, ya que si existen muchas proteínas estas se acumulan y no pueden cumplir su función, algo que en las células tumorales no sucede y sobrevive a este exceso de proteínas. Para poder llegar a una razón de cómo se produce esto, es que Laura Hernández como parte de su estudio se enfocó en una proteína que forma parte de un complejo de proteínas específico ubicado en el retículo endoplasmático, que es donde pasan las proteínas a lo largo de su síntesis y se despliegan hacía el lugar donde deben cumplir su función. “Si nosotros afectamos este complejo, le quitamos a la célula tumoral una herramienta para acabar con las proteínas mal plegadas, y por tanto puede conducir a que la célula tumoral muera o sea sensible a un tratamiento contra el cáncer”.

Esta inferencia que puede tener su tesis en el tratamiento contra el cáncer cobra mayor relevancia en las pacientes con cáncer de mama, ya que el subtipo Triple Negativo solamente responde a la quimioterapia, y en muchos casos con el pasar de las sesiones pierde efectividad. “Este es el cáncer de mayor incidencia y mortalidad dentro de las mujeres chilenas. En el caso del Triple Negativo las estrategias de tratamiento son limitadas y una condición que se da mucho es que un tercio de los pacientes dejan de responder a la quimioterapia; si era efectiva en un primer momento, después de un tiempo deja de serlo y el tumor es más agresivo”.

Sobre los resultados de su estudio, Laura Hernández detalla que “si logramos detectar un elemento que pueda servir para mejorar estas terapias, sería algo muy relevante en el campo clínico para para mejorar la eficacia de estos tratamientos”. Para poder pasar desde el mesón del laboratorio a un impacto directo en la sociedad y pacientes, es que Hernández se encuentra trabajando con la Fundación Arturo López Pérez, que trata a pacientes con cáncer, esto tras ganar un concurso de tesis, lo que la ha llevado a poder aplicar sus estudios directamente en casos reales.

Esta alianza le permitió pasar de un trabajo con células en el mesón de un laboratorio, al trabajo con pacientes de la fundación, pudiendo juntar ambos mundos. “Podemos evaluar niveles proteicos de esta proteína en muestras de pacientes con cáncer de mama en escenarios sin tratamiento y posterior al tratamiento, lo que nos da las luces si la proteína puede ser señal de biomarcador de diagnóstico o predictivo de la respuesta a la quimioterapia”, lo que incluso permitiría en un futuro establecer si un paciente debe ser tratado con fármacos en específicos o no, logrando un impacto en los tratamientos para combatir no solamente el cáncer de mama.