Bernardo Arriaza, director del Centro de Gestión Chinchorro y candidato al Premio Nacional de Historia 2022, explica características de esta cultura originaria

En un nuevo capítulo de Rockstars, su conductor Gabriel León compartió una interesante y educativa conversación junto a Bernardo Arriaza, quien es Director del Centro de Gestión Chinchorro y además es uno de los candidatos al Premio Nacional de Historia 2022.

Bernardo Arriaza sostuvo que la cultura Chinchorro hace referencia a los primeros pescadores y habitantes del Desierto de Atacama, la zona costera del extremo sur de Perú y el norte de Chile, quienes se desplazaron por lo largo y ancho de la costa desértica y que además desarrollaron técnicas de momificación muy complejas y elaboradas.

A través de diferentes modelos e investigaciones se ha podido establecer a la cultura Chinchorro hace por lo menos 7 mil años atrás en el norte del país. “En el norte de Chile algunas evidencias son de 10 mil, 9 mil o 7 mil años atrás. La momificación comienza en el sur de Arica hacía el 5000 A.C o sea hace 7 mil años atrás, pero antes había otros grupos que vivían en esas áreas pero que no tenían esta costumbre de momificar”, explicó.

Según lo que explica Bernardo Arriaza, este proceso de momificación por el cual se conoce a la cultura Chinchorro sería tan importante porque presentaría técnicas únicas en el mundo e incluso más antiguas que las conocidas en Egipto. Si bien a través de los años se ha podido recolectar evidencia con detalles de este proceso de momificación, una de las grandes interrogantes que se mantiene hasta el día de hoy es el por qué lo hacían, y que para lo que Bernardo Arriaza tiene su propia hipótesis que tiene relación con las condiciones medioambientales de la localidad de Camarones, principal asentamiento de esta cultura.

“Una hipótesis señala que es posible que la momificación artificial haya surgido en el área de Camarones debido al arsenicismo propio que se da en esa región. En estas regiones, especialmente en Camarones hay un nivel de arsenicismo muy superior a la media permitida, lo que produce partos espontáneos, niños con bajo peso y mucha mortalidad perinatal. Las mamás que llegaban a este lugar comenzaron a tener muchas perdidas porque el arsénico está en el agua y no lo ves, es incoloro e insípido, por lo que se comienzan a intoxicar y tener abortos espontáneos”, aclaró el experto.

Dicho proceso de momificación fue variando en el tiempo y el espacio, pero de acuerdo a lo detallado por Bernardo Arriaza lo que en general hacían era: “sacar las vísceras que es lo que se descompone más rápido y luego rellenaban los cuerpos con diferentes elementos como arcilla, pigmentos y maderos, esto para mantener cierto volumen y minimizar el deterioro de la piel. A veces también suturaban y después pintaban de negro o rojo; en la cabeza colocaban una mascarilla facial y algún tipo de peluca, hay todo un proceso muy complejo y elaborado”.

Gracias al trabajo realizado a través de los años por diferentes organismos, es que en 2021 se logró que la cultura Chinchorro se convirtiera en patrimonio mundial de la UNESCO, algo que Bernardo Arriaza considera como un logro importante ya que “compartir el conocimiento es esencial hoy en día”.

A raíz de este nombramiento, es que se continúa trabajando para poder mantener la integridad de la cultura Chinchorro. Es así como en 2019 se creó la Corporación Chinchorro Marka, quienes trabajan en conjunto con las comunidades y vecinos, especialmente de la comunidad de Camarones, además de diferentes entidades como gobiernos regionales y universidades para mantener la integridad y proteger los sitios que marcan la identidad de la cultura Chinchorro.