Paz Peña, Coordinadora del Instituto Latinoamericano de Terraformación explica el rol de la digitalización en la mitigación de la crisis climática

En  La Comunidad de los Datos, la conductora Jessica Matus conversó con Paz Peña, consultora independiente en materias de tecnología, feminismo y justicia social, además de ser Coordinadora del Instituto Latinoamericano de Terraformación. Junto a ella profundizaron sobre los procesos de digitalización, y el rol en la mitigación de la crisis climática que nos afecta como humanidad.

Como punto de partida está el informe publicado por el IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático), que habla sobre la relación entre datos y cuidado medioambiental, y quienes además hicieron el llamado a crear políticas públicas sobre la digitalización que apunten a acelerar este cambio en la dirección sobre el cuidado del medioambiente.

A pesar de destacar la labor que puede tener la digitalización en este ámbito, Paz Peña también recalcó que: “es importante reflexionar que hoy la digitalización significa un aumento en el uso de la energía, y el problema que tenemos hoy es que la energía está dada por combustibles fósiles que producen gases de efecto invernadero y afecta a la crisis climática”.

Paz Peña explicó que la digitalización está ligada al ahorro de energía, y por el contrario puede significar un gran uso de esta. “La digitalización no puede cumplir la promesa con la que nace de ser más eficiente, y que todas las empresas serán más eficientes, que puedan ocupar menos energía mientras esa energía siga siendo de combustibles fósiles, esa promesa se ve desdibujada, explica el informe del IPCC”, dijo.

El segundo problema que enfrenta la digitalización además del uso de energía es que aún no se puede comprobar que su uso permita que los procesos sean más eficientes en todas las industrias, sino que está enfocado principalmente en las TIC, empresas del mismo sector tecnológico. “Dentro de las empresas de la industria TIC se han logrado procesos eficientes para ahorrar energía, eso está súper bien, pero no es clara la evidencia de la aplicación de la digitalización en otras industrias”, indicó Paz Peña.

Asimismo, agregó que esta falta de evidencia se produce a un fenómeno que se conoce como efecto de tercer orden de la digitalización. “Tiene que ver con que la digitalización aumenta, hace diferentes los patrones de consumo de la gente y generalmente aumenta el consumo en las personas, eso significa un aumento en el uso de energía y ocurre un efecto rebote, aumenta mucho más de lo que hace eficiente el uso de energía”, manifestó la experta.

Esto se ha transformado en el gran reto de la digitalización para poder comprobar su real mitigación en la crisis climática, se necesita más información sobre su impacto en diferentes áreas de la sociedad, y no solamente en la industria tecnológica.

El informe del IPCC también menciona que se necesitan implementar una serie de políticas públicas ligadas a la digitalización y cuya misión principal sea aplicar esta para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. En este sentido, Peña cree que la digitalización se debe trabajar desde todos los ámbitos y no solamente desde el Estado. “La digitalización sigue siendo una de las herramientas más importantes hoy para la mitigación del cambio climático, de eso no hay duda, lo que pasa es que necesitamos saber qué tipo de digitalización necesitamos”, subrayó.

Para esto -añadió-  es necesario crear más evidencia, la cual sea independiente y no elaborada por la propia industria como pasa hoy en día, se necesita evidencia independiente, científica, que nos pueda dar pistas de cómo la digitalización cumple su promesa de eficiencia.

Aunque la digitalización es un tema bastante importante, la ONU desde aproximadamente el 2020 es que incluyó esta sumada a la sustentabilidad como una materia urgente con una comisión, la cual está orientada a buscar información sobre la promesa de la digitalización en la mitigación de la crisis climática, pero que sigue teniendo el mismo problema antes mencionado, que la mayoría de la data existente proviene del mundo privado.