Investigador habla sobre actividad deportiva en personas con discapacidad física e intelectual
Prontos a inaugurarse los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, Claudio Farías, docente e investigador de la Universidad San Sebastián, entrega detalles de un programa inclusivo que está desarrollando respecto a la actividad deportiva de personas en situación de discapacidad, tanto en forma física como intelectual.
En conversación con TXS Health, el especialista se refiere a su experiencia y cómo desde la academia puede ayudar a las personas que tengan una capacidad diferente. “Dentro de los Juegos, más de un 70% de los atletas vienen de la Teletón. Y, justamente, hay diferentes tipos de discapacidades que esta obra benéfica tampoco considera. Y una de ellas es la discapacidad intelectual”, señala Farías.
El docente señala que es un tipo de población muy despreocupada en nuestro país, sobre todo con sus condiciones de salud y con su actividad deportiva. “En Chile, faltan políticas públicas que promuevan, incentiven y contribuyan el cuidado a la salud, desde los establecimientos educativos especiales, por ejemplo, con la creación de talleres deportivos en los municipios. Hablamos de inclusión, pero esa inclusión muchas veces no se concreta”, reclama.
Claudio Farías indica que la situación de discapacidad intelectual es cuando una persona presenta dificultades de la adaptación -que se habla de comportamiento adaptativo- y que tiene un coeficiente intelectual inferior a 70 puntos. Eso, según cuenta el docente, se traduce a la pérdida de autonomía y función, y está marcada por el coeficiente intelectual y la participación social, siendo la más conocida, la enfermedad de síndrome de Down
“Ludo Inclusión”, la actividad deportiva
El especialista de la USS indica que la tasa de niños nacidos con síndrome de Down en Latinoamérica es la más alta del mundo. Por ejemplo, de cada uno 800 padecen dicha enfermedad. Pero además están los niños o niñas con TEA o trastorno del espectro autista. “Ahora, todo va a depender del compromiso intelectual que tengan y con la interacción social. Cada persona en situación de discapacidad intelectual es un mundo diferente”, explica.
Es sabido que, si los menores no practican alguna actividad deportiva, pueden tener serios problemas de obesidad. Pero si a eso se suma que cuentan con una capacidad diferente, la solución del problema puede ser mayor. Es entre los 5 y los 25 años donde los investigadores indican que se forjan los hábitos. En ese período se pueden mejorar parámetros de condición física como la capacidad aeróbica, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad. Además, disminuye la prevalencia de obesidad y sobrepeso.
Por lo mismo, Claudio Farías da a conocer el programa Ludo Inclusión, una actividad que incentiva el deporte y que está siendo incorporado en colegios especiales. “Testeamos a través de un programa de juegos criollos. Por ejemplo, nos dimos cuenta de que, al tirar la cuerda, saltar en sacos o elevar volantines; los alumnos tenían una actividad física y metabólica intensa. Así que decidimos cuantificar los juegos con sensores de movimiento y con respuestas cardiovasculares”, explica.
El proyecto partió en 2021, cuando los alumnos volvieron después del confinamiento por la pandemia. Y los resultados fueron los esperados. “En 12 sesiones de entrenamiento, basado solamente en juegos criollos, logramos aumentar en un 30% la fuerza en las extremidades superiores e inferiores de los niños. La mayoría respondió muy bien a los estímulos de mayor intensidad”, agrega.
Claudio Farías insta a que los colegios, en general, incorporen más horas de actividad deportiva o realicen talleres extraprogramáticos. Pero esa atención también debe ser de los padres, de los cuidadores y de los mismo profesores. “El abordaje tiene que ser integral para que haya más hogares funcionales. Además, las comunidades educativas deben ser más dinámicas. Por ejemplo, se ha estudiado que, si tienes más profesores inactivos, los alumnos serán inactivos. Es un círculo vicioso”, sentencia.