El Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA), es el proyecto astronómico más grande que existe en la actualidad. Por lo mismo, cada año, recibe una gran demanda de la comunidad internacional para obtener los datos y observaciones que allí se realizan. Álvaro González, subdirector de desarrollo del organismo, explica las razones y los desafíos del telescopio para la próxima década.

El profesional es ingeniero de telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Valencia, con estudios espaciales en la Universidad Internacional del Espacio (Francia) y también en el Instituto Tecnológico de California (Estados Unidos). Además, es doctor en física de la Universidad de Tokio (Japón). Desde el año 2023 está en Chile como subdirector de desarrollo, pero lleva muchos años viajando a nuestro país como observador internacional.

Siempre sus intereses estuvieron centrados en las telecomunicaciones y en la instrumentación de radiofrecuencias. Por lo tanto, desde muy temprano comenzó a trabajar en temas relacionados con tecnología para satélites (payloads). “Allí se hace observación de la Tierra a través de un monitoreo meteorológico, pero también de componentes químicos que hay en la atmósfera para el tema de gases de efecto invernadero (GEI)”, explica a Rockstars.

Tras terminar su investigación en España y Estados Unidos (radioastronomía), decidió estudiar física en Tokio, donde se unió a trabajar en ALMA en 2011. “Cuando era estudiante hice una pasantía de tres meses en la Agencia Espacial Japonesa. Tras acabar la maestría y el doctorado tuve la oportunidad laboral de empezar a trabajar en ALMA desde allá”, comenta Álvaro González.

Sobre qué le llamó la atención de ALMA, por ese tiempo en construcción en Chille, González comenta que siempre quiso volver a la astronomía y trabajar la técnica heterodina, donde pueden obtener información de amplitud y también en la fase de la señal, llamada Total Power Detectors. “Entonces, lo vi como un gran reto profesional y con la oportunidad de trabajar la banda de frecuencia que va de 787 a 950 gigahercios”, especifica.

González y los desafíos al 2030 de ALMA

Álvaro González vivió casi 15 años en Japón. Tras su llegada, obtuvo diferentes cargos hasta tomar la responsabilidad, en 2018, del programa ALMA desde oriente. El telescopio es costeado por tres regiones, compuestas por Norteamérica, Europa y Asia del este, donde se creó el Observatorio ALMA Conjunto. A través de ese organismo, se consigue financiamiento para el desarrollo del observatorio.

Sobre el presente de ALMA, el profesional español dice que se están mejorando algunos procesos de forma continua y haciendo algunos cambios de componentes que empiezan a tener sus años. “También, seguimos proporcionando datos científicos o datos de gran calidad a la comunidad internacional. Y sigue habiendo muchísima demanda por parte de todos los astrónomos, en el mundo, para poder acceder a los datos y observaciones de ALMA”, relata.

González añade que en las últimas Call for Proposals (solicitudes de propuestas científicas), el telescopio hemos está en un nivel de sobresubscripción de 7, es decir, que de cada siete propuestas que envía la comunidad internacional, sólo pueden aceptar una. “Es muy competitivo porque hay mucho interés en poder acceder a nuestras observaciones. Seguimos liderando la ciencia astronómica a nivel internacional”, remarca.

Por último, sobre los desafíos de cara a la próxima década, el subdirector de desarrollo de ALMA comenta que lo trascendental es seguir haciendo descubrimientos y renovando los objetivos científicos del telescopio. “Entre las mejoras, está aumentar el ancho de banda de los receptores, ser capaces de recibir más frecuencias de una sola observación y cambiar toda la electrónica digital, entre otros”, enfatiza.